viernes, 14 de agosto de 2009

La revolución de la tecnología de la información

La historia de la vida, es una serie de estadios estables, matizado por raros intervalos con grandes eventos. Un intervalo caracterizado por la transformación de nuestra “cultura material” por obra de un nuevo paradigma tecnológico organizado en torno a las tecnologías de la información.

La ingeniería genética y su creciente conjunto de descubrimientos y aplicaciones se han concentrado en la decodificación, manipulación y eventual reprogramación de los códigos de Información de la materia viviente. Alrededor de este núcleo de tecnologías de la información, una constelación de importantes rupturas tecnológicas han tenido lugar en las dos últimas décadas del siglo veinte en materiales avanzados, en fuentes de energía, en aplicaciones médicas, en técnicas de manufactura (existentes o potenciales, como la nanotecnología), y en la tecnología de la transportación, entre otras. Por otra parte, el actual proceso de transformación tecnológica se expande exponencialmente por su habilidad para crear una interfaz entre los campos tecnológicos a través de un lenguaje digital común en el que la información es generada, almacenada, recuperada, procesada y retransmitida.

El núcleo de la transformación que estamos experimentando en la revolución actual refiere a las tecnologías del procesamiento y comunicación de la información.

Los usos de nuevas tecnologías de Telecomunicación en las dos últimas décadas han atravesado tres etapas Diferentes: la automatización de tareas, la experimentación de usos, la reconfiguración de las aplicaciones. En las dos primeras etapas, la innovación tecnológica progresó en función del aprendizaje por uso, en la tercer etapa, los usuarios aprendieron la tecnología haciendo, y terminaron reconfigurando las redes, y encontrando nuevas aplicaciones.

Las computadoras, los sistemas de comunicación, y la decodificación y programación genética son todos amplificadores y extensiones de la mente humana. Lo que pensamos, y cómo lo pensamos, es expresado en bienes, servicios, output material e intelectual, ya sea comida, refugio, sistema de transporte y de comunicación, computadoras, misiles, salud, educación o imágenes.

Los contextos culturales/institucionales y la acción social

Intencionada interactúan decisivamente con el nuevo sistema

tecnológico, pero este sistema tiene su propia lógica enclavada, caracterizada por la capacidad de trasladar todos los inputs en un

sistema común de información, y de procesar esa información a una

velocidad creciente, con poder creciente, a costo decreciente, en una

red de recuperación y distribución potencialmente ubicua.

La segunda revolucion industrial marco el comienzo de las tecnologías de la comunicación, con la difusión del telégrafo y la invención del teléfono.

La tecnología, expresando condiciones sociales específicas, introdujo un nuevo camino histórico en la segunda mitad del siglo dieciocho. Las condiciones sociales específicas guían la innovación tecnológica que se dirige a sí misma hacia el camino del desarrollo económico y la innovación. Aun así, la reproducción de esas condiciones es cultural e institucional, tanto como económica y tecnológica.

La electricidad era la fuerza central en la segunda revolución, a pesar de otros extraordinarios descubrimientos en química, acero, la máquina de

combustión interna, telegrafía y telefonía. Esto es porque sólo a través

de la generación y distribución eléctrica todos los otros campos podían

desarrollar sus aplicaciones y conectarse entre sí. Un caso puntual es el

del telégrafo eléctrico, que primero fue usado experimentalmente en

los 1790 y difundido desde 1837, pudiendo convertirse en una red de

comunicación conectando al mundo en gran escala, solo cuando pudo

confiar en la difusión de la electricidad.

La secuencia histórica de la Revolución de la Tecnología de la

Información dada su rapidez de su paso, cualquier relato sería

instantáneamente obsoleto, tanto que entre la escritura de un libro y

su lectura (digamos, 18 meses), los microchips habrán duplicado su

rendimiento, sin embargo es útil recordar los ejes principales de la transformación tecnológica en la generación/ procesamiento/ transmisión de información, y situarlos en la secuencia que fue llevando hacia la formación de un nuevo paradigma sociotécnico. Macro cambios en micro-ingeniería: electrónica e información Aunque los predecesores científicos e industriales de las tecnologías de información basadas en la electrónica pueden encontrarse décadas antes de los 40 (por ejemplo la invención del teléfono por Bell en 1876, la radio por Marconi en 1898, y la válvula de De Forest en 1906), fue durante la Segunda Guerra Mundial, y en los años

posteriores, que tuvieron lugar las mayores innovaciones en tecnología

electrónica: la primera computadora programable, y el transistor,

fuente de la microelectrónica, el verdadero corazón de la Revolución

de la Tecnología de la Información en el siglo veinte. Aun así las nuevas tecnologías de información solo se difundieron ampliamente en los 70, acelerando su desarrollo sinérgico y convergiendo en un nuevo paradigma. Volvamos a trazar las etapas de innovación en tres campos tecnológicos principales que, aunque estrechamente interrelacionados, constituyeron la historia de las tecnologías basadas en la electrónica: la microelectrónica, las computadoras, y las telecomunicaciones.

El transistor, inventado en 1947, hicieron posible el procesamiento de impulsos eléctricos a alta velocidad en el modo binario de interrupción y amplificación, permitiendo de esta forma la codificación de la lógica y de la comunicación con y entre máquinas: llamamos a estos dispositivos de procesamiento semiconductores, y la gente comúnmente los llama chips (actualmente conformados por millones de transistores).

De todas formas su fabricación y difusión requirieron de nuevas

Tecnologías y el uso de material apropiado.

El gigantesco salto adelante en la difusión de la microelectrónica en

todas las máquinas fue en 1971 con la invención del microprocesador, eso

es la computadora en un chip. De esta forma, el poder de procesamiento de la información podía ser instalado en cualquier parte. El poder de los chips puede ser evaluado por una combinación de tres características: su capacidad de integración, indicada por la línea de menor grosor en el chip medida en micrones (1 micrón = 1 millonésima parte de una pulgada); su capacidad de memoria, medida en bits: miles (k), y millones (mega bits); y la velocidad del microprocesador medida en megahertz. De esta forma, el primer procesador de 1971 tenía líneas de 6.5 micrones aproximadamente; en 1980, llegaba a 4 micrones; en 1987, 1 micrón; en 1995, el chip de la Pentium de Intel tenía 0.35 micrones; y llega a 0.25 micrones en 1999. Así, mientras que en 1971 se ponían 2.300 transistores en un chip del tamaño de una chinche, en 1993 cabían 35 millones de transistores. La capacidad de memoria, indicada por DRAM (dynamic random access memory; memoria de acceso dinámico al azar) era en 1971 de 1.024 bits; en 1980, 64.000; en 1987, 1.024.000; en 1993, 16.384.000, y en 1999, 256.000.000.

En los últimos 15 años, la creciente potencia del chip ha resultado en

una dramática ampliación del poder de la microcomputadora, limitando la función de las máquinas grandes. Desde mediados de los 80, las microcomputadoras no pueden ser concebidas aisladamente: trabajan en redes, con movilidad creciente, basadas en computadoras portátiles. Esta extraordinaria versatilidad, y la capacidad de agregar memoria y capacidad de procesamiento al compartir el poder de la computadora con una red electrónica, decisivamente llevaron a dar un salto en la era de la

computación de los 90 del almacenamiento y procesamiento centralizado de datos a la computadora compartida y en red.

Importantes avances en optoelectrónica (fibra óptica y transmisión

láser) y en tecnología de transmisión digital de paquetes amplió

dramáticamente la capacidad de las líneas de transmisión. La

Integrated Bradband Networks (IBN) vio que en los 90 podía

sobrepasar sustancialmente las propuestas revolucionarias de los 70

para una Integrated Services Digital Network (ISDN; Red Digital de

Servicios Integrados): mientras la capacidad de transferencia de ISDN

en cables de cobre estaba estimada en 144.000 bits, en 1990 IBN

podría, aunque a un alto costo, transferir un cuatrillón de bits por fibra

óptica. Para medir el cambio, recordemos que en 1956 el primer cable

transatlántico de teléfono llevaba 50 circuitos comprimidos de voz; en

1995, la fibra óptica podría llevar 85.000 de esos circuitos.

Diferentes formas de usar el espectro radial (transmisión tradicional,

transmisión satelital, micro-ondas, telefonía celular digital) así como el

cable coaxil y la fibra óptica, ofrecen una diversidad y versatilidad de

tecnologías de transmisión que están siendo adaptadas a una gran gama

de usos, y hacen posible la comunicación ubicua entre usuarios

móviles. Así, la telefonía celular se difundió con fuerza en todo el

mundo en los 90.La microcomputadora fue inventada en 1975 y el primer producto comercialmente exitoso , Apple II, fue introducido en abril de 1977, más o menos en la misma época en que Microsoft comenzó a producir sistemas operativos para microcomputadoras. La Xerox Alto, matriz de muchas tecnologías de software para las PC de los 90, fue desarrollado en los laboratorios PARC en Palo Alto en 1973.